Entre sentar y sentir hay una silla.
Las sillas florecen cuando la atención se hace amiga de la sorpresa. Veinte sillas sorprendidas por el diálogo entre el decir poético de Florencia Fragasso y los dibujos de Julieta Dolinsky juegan a ser ellas mismas y otra cosa. (...)
Veinte sillas multiplicadas por todas las lecturas posibles es una invitación luminosa a inventar nuevas sillas, a mirar las cercanas o lejanas con ojos nuevos, florecidos por la poesía.
Cecilia Bajour